miércoles, marzo 28, 2007

CAMPAHI

Campamento de la comunidad educativa Montessori, que reune a todos sus integrantes en Picarquín, al comienzo del año escolar. Creado como una forma de mostrar a los padres las actividades scouts de sus hijos, terminó por parir al proyecto educativo Epullay, una fusión de escultismo y Montessori. Pero, más allá de los conceptos subyacentes, lo verdaderamente significativo ha sido la creación de una comunidad que se identifica como tal y que se ocupa de su propia agenda como si se tratara de una familia. Empresa no fácil en un mundo que aceleradamente se disuelve en individualismos.
Para ir a este campamento en particular, vale decir que LO PASAMOS CHANCHO, haciendo las actividades de campamento, bailando casi toda la noche guiados por el inimitable Carlos Soto (si, el mismo, el presidente del SIFUP, y pudimos alegrarnos con él por la promulgación de la ley del deporte que siguió y persiguió por 12 años) teniendo momentos de reflexión como comunidad y espacio de desarrollo de las amistades en un plano de mayor cercanía e intimidad.
Una vez más , el CAMPAHI llenó las expectativas de quienes no echamos de menos el mundo antiguo, sino que tratamos de transportar lo bueno de él al mundo venidero, ese que esperamos con anticipación y entusiasmo.

I'm back

Ha pasado una montaña de tiempo. Más que tiempo, lo que ha habido es sucesos, acontecimientos, que culminaron en la partida de mi hija mayor, Anaí, a estudiar a Australia. La despedida se me hizo muy cuesta arriba; yo, que no soy mas intuitivo que un ladrillo con pelos, no he dejado de pensar que su viaje se prolongará mucho más allá del período de estudios que lo provocó.
Y en una circunstancia así, no puedo dejar de pensar en lo dicho y no dicho. En los inevitables errores cometidos, en las palabras omitidas, en los abrazos hurtados, que adquieren en este contexto un peso definitivo. Ahora camino como arrastrando una pesada carga.
No tengo muchas ganas de hablar, ni de escribir; es como un tiempo de reflexión, una búsqueda a veces desesperada de cerrar los procesos que quedaron inevitablemente abiertos con la separación. Tengo que aprender a vivir con ella de otra manera. Y gracias a estas tecnologías, creo que lo estamos haciendo bien... mejor que antes por lo menos.